Se denomina violencia intragénero a aquella que en sus diferentes formas se produce en el seno de las relaciones afectivas y sexuales entre personas del mismo sexo.
La violencia que se da en las relaciones afectivas y sexuales que establecen dos personas es un ejercicio de poder y el objetivo de la persona que abusa es dominar y controlar a la víctima.
El maltrato y la violencia en el ámbito de las relaciones afectivas y sexuales no es una realidad exclusiva de las relaciones heterosexuales.
En las parejas y en las relaciones formadas por dos hombres o dos mujeres se dan situaciones reales de violencia, tanto física como psicológica.
Esta violencia, llamada intragénero, permanece en el anonimato lejos de estadísticas y números, en unos casos porque las propias personas que la sufren no lo manifiestan ni la dan a conocer, y en otros porque a la propia sociedad, y en concreto a los agentes sociales les cuesta creer que exista violencia de género en las relaciones lésbicas y homosexuales.
En las relaciones entre personas del mismo sexo un hecho adicional susceptible de ser utilizado para controlar al otro/a es su homosexualidad o lesbianismo bajo chantaje de hacer pública su orientación sexual.
En una sociedad en la que todavía hoy hay muchas personas gays y lesbianas que no se atreven a reconocer públicamente su orientación, esta cuestión se puede convertir en un elemento más para ejercer el control, en este caso el temor constante de la víctima a verse “descubierto/a” en su entorno más cercano se convierte en una amenaza que le paraliza totalmente.
La invisibilidad que rodea estas situaciones de violencia puede ser debida a varias razones:
a) Las propias víctimas y/o agresores/as no se identifican como tales.
b) El miedo a denunciar y revelar la orientación sexual.
c) La homofobia social que, en muchos casos, dificulta a los agentes sociales la intervención y la protección de la persona LGTB agredida.
Si estás sufriendo una situación de violencia en tus relaciones afectivas y sexuales y aún sabiendo que no existe una solución fácil, si hay cosas que puedes hacer para protegerte.
No ignores el problema. Habla con alguien. Parte del poder de quien te maltrata viene de estar protegido/a por el secreto. A menudo las víctimas sienten vergüenza y no desean que nadie se entere de sus problemas íntimos.
Aunque estas situaciones son complejas y difíciles no pienses que no se puede hacer nada y que estas totalmente desprotegido/a ante tu maltratador/a.
No te aísles y nunca te quedes solo/a ante el maltrato. Busca ayuda en la familia, amigos/as o en la asociación LGTB más cercana.
Vete de casa si convives con tu maltratador/a, y si esto no es posible procura estar acompañado/a, nunca solo/a. Ten dinero guardado.
Planifica por adelantado para saber lo que vas a hacer si eres atacado/a nuevamente.
Plantéate la denuncia: A pesar de las dificultades sociales y legales y del miedo, hay que romper con el silencio. Denunciar es un paso para salir del círculo de la violencia.
Si eres lesbiana los recursos contra el maltrato que existen en tu ciudad o pueblo para las mujeres también se pueden aplicar a tu caso.
Recursos:
Centro de atención a gays, lesbianas y trans
– http://www.aldarte.org
Centro de estudios y documentación por las libertades sexuales
Por los BUENOS TRATOS en las relaciones lésbicas y homosexuales (pdf)
Informe para la inclusión de la perspectiva LGTB en los planteamientos sobre violencia de género: propuestas para el debate.
ALDARTE 2012
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