Scroll Top
Pje. Tomás Escalonilla, 7, 29010 MÁLAGA

Un manifesto de AHIGE a favor de la Paz

Asistimos desde el 24 de febrero a la invasión de un estado por otro, una guerra transmitida a diario desde los medios y las redes sociales. En las imágenes y en las referencias de los textos aparecen rostros y nombres de hombres. Pero la realidad es que un total de 33 conflictos bélicos existen en nuestro planeta en la actualidad, aunque no tengan la repercusión mediática de la Guerra de Ucrania; 33 situaciones de la violencia más mortal; 33 situaciones en los que hombres usan armas para atacar a personas; hombres, en su amplia mayoría, que deciden y ejecutan la violencia contra otros hombres, mujeres y niños. La violencia en sus múltiples formas es y ha sido históricamente originada, salvo muy contadas excepciones, por hombres ¿Por qué?

Hay algo muy masculino en la guerra; las armas blancas (flechas, puñales, espadas…), las armas de fuego (rifles, ametralladoras, fusiles…), algunas armas más sofisticadas (cañones de precisión, misiles de alto alcance) tienen algo en común: todas ellas tienen forma fálica. La energía primitiva masculina, como potencia transformadora, parecería que no se sabe canalizar adecuadamente. Pareciera que transformar pasa por destruir, por matar. Basta con ir al cine de acción: hay innumerables escenas de agresión entre villanos y héroes; la violencia se presenta como forma básica de la relación entre hombres.

Desde AHIGE (Asociación Hombres por la Igualdad de Género) somos conscientes del protagonismo aplastante de los hombres en la guerra y en la violencia en general, en particular de sus múltiples manifestaciones contra las mujeres. Somos conscientes de la herencia violenta del patriarcado, del daño ocasionado a todos los géneros. Es un daño que mata, viola, mutila y margina a las mujeres y a los hombres que no quieren entrar en su juego, como los desertores e insumisos; un daño que también sufrimos los hombres, condicionándonos y limitándonos a un machismo del que no siempre somos conscientes.

Es por ello que manifestamos nuestra más profunda repulsa a todo acto violento, en particular las guerras; manifestamos la necesidad de crear una forma de ser hombre igualitaria, respetuosa, corresponsable, sensible a los problemas ajenos, valiente a la hora de reconocer nuestros conflictos internos como primer paso para evolucionar, para transformarnos, para deconstruir la masculinidad tradicional. Hay que cambiar el mundo, pero apoyamos las formas de lucha no violentas, las que mueven conciencias desde la persuasión y no desde el miedo o la coacción. Solo desde la paz interior de cada hombre cabe pensar en un futuro donde la guerra sea solo un mal recuerdo.

MANIFIESTO DE AHIGE A FAVOR DE LA PAZ


>> Podéis descargaros desde aquí el manifesto.

%d