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Pje. Tomás Escalonilla, 7, 29010 MÁLAGA

Cuidados

Los cuidados son todas aquellas actividades que se llevan a cabo para satisfacer las necesidades básicas de l*s demás y de un* mism* en la vida cotidiana. Son el sostén de la Vida en el día a día.

Los cuidados, así como la crianza y las tareas domésticas, fueron entendidos como “la función natural” de las mujeres para la sociedad, convirtiéndose en algo prácticamente obligatorio y naturalizado. Y al entenderse como una “función natural” no se le dio el mismo valor económico y social que se le da a un “trabajo”, pese a que el cuidado implicaba estar trabajando todo el día, atendiendo a l*s demás, acompañando al hijo al médico, yendo a recoger a la hija a la escuela, quedándose con l*s hij*s de l*s vecin*s cuando éstos tenían que salir, atendiendo a las personas mayores de la familia, escuchando, consolando, dando cariño, realizando todo el trabajo doméstico, desde hacer la comida para toda la familia hasta lavarle, plancharle y guardarle la ropa a todos sus miembros (por poner sólo algunos ejemplos de la infinidad de tareas y actividades de cuidados).

Sin embargo, hoy día la ama de casa a tiempo completo está desapareciendo. Las mujeres tienen expectativas de vida que antes se reservaban a los varones y se han incorporado al modelo biográfico masculino (formación, empleo, consumo). Pero a medida que las mujeres se han incorporado al mercado de trabajo, ¿qué ha pasado con todos esos cuidados que ellas cubrían gratis y a menudo sin recibir (ni esperar) ni siquiera las gracias? Se pude hablar de una “crisis de los cuidados” porque todas esas necesidades de la vida en el día a día se han hecho más complicadas de cubrir y se cubren en condiciones más precarias, con menos medios, con menos tiempo, con menos afecto.

Actualmente, cubrir la necesidad de cuidados es una responsabilidad común: el mercado debe facilitar que haya tiempo para dedicárselo a cosas no laborales (evitando la “doble explotación” de las mujeres) y asegurar que se valore social y económicamente el trabajo de cuidados remunerado (sobre todo protagonizado por mujeres inmigradas); el Estado debe proporcionar medios y dinero público para atender a las personas dependientes (niñ*s, personas mayores, personas discapacitadas, jóvenes que no se pueden emancipar, etc.) y, para que haya un reparto justo, los hombres como colectivo social deben aprender y asumir lo que tradicionalmente no se les enseña ni a hacer ni a valorar: el cuidado.

 

Recursos:

Especial Diagonal “La crisis de los cuidados
Marzo de 2005

Mi papá me cuida  (pdf)
Guía de cuidados infantiles para una nueva paternidad
AHIGE

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